top of page
Buscar

No naciste para 'aguantar'

  • Foto del escritor: Rodrigo Andrés Alvarenga Munguía
    Rodrigo Andrés Alvarenga Munguía
  • 22 may
  • 1 Min. de lectura

Hay algo que escucho con demasiada frecuencia: la idea de que “aguantar” es un acto de dignidad. Lo oigo en clientes, colegas, amistades… y cada vez que lo escucho, algo dentro de mí se pregunta: ¿es eso realmente lo que merecemos?



ree


Sostener el dolor sin sentido, resistir por el simple hecho de resistir, no es un acto de valentía. Es muchas veces un eco de mensajes que hemos interiorizado desde fuera, que nos dicen que valemos más cuando nos anulamos, que somos buenos cuando no nos quejamos. Que descansar es pereza. Que detenerse es fallar.


Pero tú no eres una máquina. Tu valor no depende de cuán útil seas. No tenés que producir constantemente para merecer existir.


Lo que veo a menudo es una forma de violencia silenciosa: la autoexigencia disfrazada de virtud. Aguantar, en ese contexto, no es resiliencia. Es abandono de uno mismo. Y eso no tiene nada de digno.


Creo profundamente en que cada persona merece ser tratada con ternura, empezando por uno mismo. Y que cuidar tu cuerpo, tus emociones, tu paz, no es egoísmo: es respeto. Es reconocer que sos valioso ahora, tal como estás, sin necesidad de demostrarlo.


No se trata de mejorarte. Se trata de encontrarte. De escucharte. Y de darte permiso para vivir sin tener que ganarte el derecho a respirar.



 
 
 

Comentarios


© 2025

bottom of page